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Las guías para viajes son de utilidad para inspirar a millones de mochileros y turistas que han buscado documentación para visualizar en ellas los deberías de visitar, pero de igual manera qué lugar elegir para ir a comer, qué podrías hacer días señalados cuando hay mercadillo en en un sitio cercano de ese destino o también como salir del mundanal ruido de sus calles para aparecer en un rincón natural a solamente 30 minutos o pocas paradas de autobús o metro del centro de la ciudad.
En solitario conocer un destino puede convertirse en uno de los más agradables recuerdos y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a destinos concretos, también las hay que emiten recomendaciones del propio espíritu del destino, invitando a los visitantes a descubrir por ellos mismos el estilo y costumbres del lugar.
Para hacer una maleta y acertar de pleno, además de intuición, hay también que saber de antemano qué tipo de visitas de las que se muestran en la guía de viaje se van a llevar a cabo. No es lo mismo ir de visita cultural que a los distintos parques de atracciones, ni ir de picoteo o planificar un picnic.
La principal información de este tipo de libro es que hay más o menos extensas. Quienes van a regalar unas vacaciones por varios países, acuden a las guías que engloban todos los principales destinos, pero, incluso, los viajeros que han viajado anteriormente a ese destino, podrían encontrar información de valor en una guía de viaje específica de una sola zona de la ciudad a visitar. En ocasiones puede dejarse algo importante por conocer o descubrir para próximos viajes.
Toda la información necesaria está en las páginas de la guía. Los transportes, cómo trasladarse por la ciudad, qué visitar en una zona, qué experimentar entre sus calles, dónde recalar para encontrar las tiendas más buscadas, los locales más interesantes, los lugares que hablan de su historia…todo lo interesante.
Uno de los puntos fuertes que poseen este tipo de guías de viaje es que realmente toda la información de interés está incluida, lo que facilita, sin necesidad de profundizar, se tengan información relevante de lo que se está visitando.
No todo vale, se trata de usar la guía como inicio, no a pies juntillas porque sería complicado realizar todo. ¿Qué tal centrarse en lo más interesante para uno y, desde ahí, ampliar aún más la información?
Una guía de viaje es como un álbum de fotografías. Son pequeños momentos que dejan imaginarse mucho de lo que podremos ver, pero que hay que leer entre líneas, cuál es aquella historia que exíste tras la fotografía.
Seguro que no conocéis a ningún viajero con experiencia que haya huido de la comodidad de tomar un primer contacto a través de las páginas de las guías de viajes, que dejan todo listo para visitar en destino.
Algo que te agradará en cualquier guía de viajes es que ofrecen cosas interesantes de cada monumento. Desde dónde captar la mejor fotografía, cuál es el elemento que destaca, cómo conseguir llegar a tiempo…
Es una posibilidad ahorrar dinero al viajar si se lee con atención una guía sobre un destino porque aglutinará planes, unirá puntos de la ciudad, mostrará lo importante…vamos, te centrará en el cómo el dónde y el cúando.
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