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Las guías de viajes han sido de utilidad para motivar a millones de viajeros que buscaban información para visualizar en su contenido los deberías de visitar, pero también a qué lugar ir a comer, qué hacer en un día concreto cuando hay encuentro en un determinado lugar de la ciudad o incluso como salir del mundanal ruido de sus calles para trasladaros a un rincón de la naturaleza a solo 5 kilómetros del centro del destino.
En familia visitar un nuevo continente puede convertirse en uno de los mejores vivencias y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a destinos concretos, también las hay que tratan de la esencia del lugar, recomendando a los visitantes a visitar por ellos mismos el saber vivir del sitio.
Una ventaja de las guía de viaje es que la mayoría de las ocasiones se puede consultar cuando se modifican los planes . No siempre el tiempo es el más adecuado ni está abierto un museo, pero con guías para viajar en la mano, se puede aprovechar para hacer otra cosa.
La principal ventaja de este tipo de obra es que hay para todos los bolsillos. Quienes van a hacer unas vacaciones durante varios medes, acuden a las guías más recomendadas por otros viajeros, pero, incluso, los amantes de una ciudad, podrían llegar a encontrar en una guía de viaje específica de una determinada zona de el destino objetivo. En ocasiones puede dejarse algo importante por conocer o descubrir para próximos viajes.
La información más importante está en las páginas de la guía de viajes. Los transportes, cómo moverse por el destino, qué visitar en una zona, qué visitar en sus calles, dónde recalar para encontrar los lugares más visitadas, los locales más interesantes, los graffitis que hablan de su cultura…todo lo que debes de conocer.
Uno de los puntos fuertes que poseen este tipo de guías para viajeros es que realmente toda la información básica está reflejada en su contenido, lo que proporciona, sin necesidad de ahondar en todo, se tengan pinceladas de lo que se ve.
No todo vale, se trata de usar la guía para viajar como inicio, no al pie de la letra porque sería difícil realizar todo lo indicado en ella. ¿Qué tal centrarse en lo más interesante para la familia y, a partir de ahí, ampliar aún más la información?
Quien no lleve en su bolsillo una gran guía consigo, aunque sea prestada, estará perdiendo el tiempo que puede ganar para organizar las visitas de una forma más cómoda y rápida. Sin la información básica, se pierde mucho tiempo.
En las guías de monumentos, que no son fáciles de encontrar pero existen, es el momento de disfrutar a fondo y dedicar parte de los días del viaje a un solo momento de la historia. Cada monumento conlleva algo que contar.
Normalmente suelen ser redactadas por viajeros que ha vivido años o que también puede que ha nacido en el lugar, lo que hace que el conocimiento de la zona sea alta para poder orientarte acerca de lo esencial.
Si no tienes tiempo de preparar el viaje con todo lujo de detalles hasta el último minuto de tu estancia, las guías de viaje son las que te facilitarán esta tarea y te permitirán disfrutar a tope con lo mínimo.
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