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Las guía de viaje sirven para inspirar a un elevado número de viajeros que buscaban un referente para visualizar en ellas los qué visitar, pero igualmente a qué lugar ir a comer, qué puedes hacer cualquier día cuando hay quedada en en un sitio cercano de ese destino o también como aislarte durante unas horas y para trasladarte a otro lugar más relajado a solamente 35 minutos o pocas paradas de autobús o metro del principal destino turístico de la zona.
En familia conocer una ciudad puede convertirse en uno de los más agradables recuerdos y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a sitios concretos, también las hay que hablan de la propia esencia del destino, invitando a los viajeros a conocer por ellos mismos el latir de algo nuevo.
Para hacer vuestras maletas y no errar, además de intuición, hay igualmente que saber qué tipo de visitas de las que muestran en la guía de viaje se van a llevar a cabo. No es lo mismo ir de visita cultural que a los múltiples parques temáticos, ni ir de tapas o planificar una visita a tiendas locales.
La principal ventaja de este tipo de obra es que hay en versión papel o digital. Quienes van a iniciar una escapada por otro continente, acuden a las guías más recomendadas por otros viajeros, pero, incluso, los viajeros que ya han visitado ese destino, descubrir sorpresas sobre ese destino en una guía de viaje específica de una sola zona de el país a visitar. En ocasiones puede dejarse algo importante por conocer o descubrir para próximos viajes.
¿Qué se le debe pedir a una guía para viajar para que sea interesante su compra? Que responda a todas vuestras dudas que, como mochilero, cualquiera como tu pueda plantearse. El hecho de que aparezca también datos de interés como las ubicaciones y formas de contacto de embajadas, hospitales o incluso comisarías pueden sacar de líos y facilitar las cosas en caso de necesidad.
¿Cómo puedo encontrar un buen restaurante para comer en un destino? La ventaja de las guías es que, aparte de entregar de forma convencional datos sobre qué lugares ver, está de igual manera la opción de planificar las visitas, lo que complementa el tiempo de desplazamientos dentro del destino.
No todo vale, se trata de usar la guía sobre un destino como base, no al pie de la letra porque sería imposible realizar todo lo indicado en ella. ¿Qué tal centrarse en lo más relevante para el grupo y, desde ahí, ampliar aún más la información?
Una guía para viajar es como un álbum de imágenes. Son pequeños momentos que dejan entrever la maravilla que hay detrás, pero que hay que pararse a pensar una a una lo que conllevan, cuál es aquella historia que tiene tras la fotografía.
¿Qué tal dejarse llevar por la sensación de abrir la guía por cualquier página y hacer lo que ponga? Cuando sobran ideas, la improvisación es la respuesta.
Las de las mejores editoriales suelen estar redactadas por viajeros que ha viajado reiteradamente durante años o que directamente ha nacido en el destino, lo que se nota en que el conocimiento de la zona sea alta para poder transmitir lo esencial.
Tener claro dónde acudir si se ha sufrido un robo, cuáles son los pasos a seguir para poder llamar al extranjero, tener un vocabulario básico o frases hechas…solo en una guía de viajes puedes encontrar este tipo de recomendaciones que ayudarán para disfrutar en cualquier destino por muy desconocido que sea para ti.
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