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Desde los comercios más destacadas hasta los museos más frecuentados o las piezas de arte más conocidas colgadas en las pinacotecas, hay cientos de guía de viaje como mochileros dispuestos a estudiar nuevos países.
En solitario visitar un pueblo puede convertirse en uno de los mejores vivencias y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a lugares concretos, también las hay que emiten recomendaciones del propio espíritu del destino, invitando a los viajeros a descubrir por ellos mismos el saber vivir del sitio.
Para hacer la maleta y no errar, además de intuición, hay también que conocer de antemano qué tipo de visitas de las que aparecen en la guía de viaje se van a llevar a cabo. No es lo mismo ir de visita cultural que a los múltiples parques temáticos, ni ir de merienda o planificar una visita a la playa.
La principal ventaja de este tipo de producto es que hay de todos los precios. Quienes van a iniciar una aventura viajera durante varios medes, acuden a las guías más recomendadas por otros viajeros, pero, incluso, los viajeros que ya han visitado ese destino, descubrir sorpresas sobre ese destino en una guía de viaje específica de una determinada zona de la ciudad a visitar. Siempre queda algo por conocer de un determinado destino.
Toda la información necesaria está en las páginas de la guía para viajar. Los transportes, cómo moverse por el lugar, qué esperar de una zona, qué visitar en sus calles, dónde recalar para encontrar las tiendas más emblemáticas, los locales más interesantes, los monumentos que hablan de su cultura…todo lo que debes de conocer.
Uno de los puntos fuertes que poseen este tipo de guías turísticas es que realmente toda la información relevante está reflejada en su contenido, lo que hace que, sin necesidad de entrar a fondo en todos los detalles, se tengan nociones de lo que se está viendo.
Aunque parezca mentira, las guías de viajes suelen incluir algunos restaurantes baratos, no siempre hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones ya que, de un año a otro, las cartas pueden alterarse. Más allá de sitios de moda, déjate aconsejar por gente del lugar.
Una guía para viajar es como un álbum de imágenes. Son pequeños pinceladas que dejan imaginarse mucho de lo que podremos ver, pero que hay que pararse a pensar una a una lo que conllevan, cuál es la interesante historia que exíste tras la imagen.
Cuando se trata de guías para conocer países hay que dejarse aconsejar por profesionales de las diferentes zonas, los puntos clave de cada área del país destino. La gastronomía y posibilidades son diferentes según accedes a un área geográfica u otra.
Si te gustan los bares con música de un estilo determinado, la recomendada en esa zona comida callejera, los mejores mercadillos o incluso dónde adquirir los mejores recuerdos, una guía para viajar es tu respuesta ya que en ella encontrarás todo.
Tener claro dónde acudir si se ha sufrido un robo, cuáles son los pasos a seguir para poder llamar al extranjero, tener nociones básicas del idioma en el país de destino…solo en una guía de viajeros puedes encontrar este tipo de situaciones que servirán para disfrutar en cualquier ciudad por muy desconocido que sea.
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