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Las guías de viajes han sido de utilidad para motivar a un número elevado de turistas que buscan documentación para visualizar en ellas los lugares principales a visitar, pero de igual manera dónde ir a comer, qué podrías hacer días señalados cuando hay mercadillo en una zona famosa de la ciudad o también como evitar el ruido de la urbe para trasladaros a un rincón de la naturaleza a menos de 20 kilómetros del núcleo poblacional.
En solitario descubrir una ciudad puede convertirse en uno de los más agradables recuerdos y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a sitios concretos, de igual manera las hay que comentan de la propia esencia del destino, invitando a los turistas a descubrir por sí mismos el saber vivir del sitio.
Para hacer las maletas y no errar, más allá de intuición, hay también que conocer de antemano qué tipo de visitas de las que aparecen en la guía de viaje se van a realizar. No es lo mismo ir de museos que a los múltiples parques naturales, ni ir de merienda o planificar un paseo por el puerto.
La principal ventaja de este tipo de libros es que hay en color o blanco y negro. Quienes van a planificar un viaje durante varios medes, acuden a las guías de viaje de referencia, pero, incluso, los viajeros que han viajado anteriormente a ese destino, podrían llegar a encontrar en una guía de viaje específica de una sola zona de la misma. En ocasiones puede dejarse algo importante por conocer o descubrir para próximos viajes.
¿Qué se le debe pedir a una guía de viaje para que sea útil? Que conteste a todas vuestras dudas que, como mochilero, cualquiera como vosotros pueda plantearse. El hecho de que aparezca del mismo modo información relevantes como las ubicaciones y formas de contacto de embajadas, hospitales o también centros de información al turista pueden sacar de líos y facilitar las cosas si fuera preciso.
¿Cómo puedo llegar de un sitio a otro de la ciudad? La ventaja de las guías de viajes es que, aparte de aportar de forma convencional información sobre qué ver, está del mismo modo la opción de planificar las visitas, lo que optimiza el tiempo de desplazamientos dentro del destino.
Aunque parezca mentira, las guías de viaje suelen incluir algunos hoteles, no siempre hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones ya que, de un año a otro, las cartas pueden alterarse. Más allá de sitios recomendados por cualquier guía, déjate aconsejar por gente del lugar.
Quienes han redactado una guía para viajar han vivido la ciudad a fondo, disfrutando y decepcionándose con los lugares que ofrece, algo que de una forma u otra, son capaces de transmitir, aunque traten de ser neutrales, en la elección que realizan para proporcionar la misma sensación al turista.
¿Qué tal dejarse llevar por lo publicado en una guía de viajes y hacer lo que ponga? Cuando faltan ideas, la la compra de una guía de viajes de ese destino es la respuesta.
Las de las mejores editoriales suelen ser publicadas por escritores que ha viajado reiteradamente durante años o que también ha nacido en ese destino, lo que se refleja en que el conocimiento de la zona sea alta para poder transmitir lo esencial.
La mejor playa, el mejor puesta de sol, dónde ver una puesta de sol de ensueño, dónde se rodó la escena de la película que popularizó ese destino, quién vive en esa casa…todo y mucho más lo podrías encontrar en la guía del destino.
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