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Las guías de viajes han servido para inspirar a millones de turistas que han buscado un referente para visualizar en su interior los qué visitar, pero de igual manera a qué lugar ir a comer, qué podrías hacer cualquier día cuando hay acontecimiento en en un sitio cercano de ese destino o incluso como evitar el bullicio para trasladaros a un rincón de la naturaleza a menos de 25 minutos o pocas paradas de autobús o metro del núcleo poblacional.
En pareja visitar un país puede convertirse en uno de los más agradables vivencias y desconexiones. Aunque por norma general las guías cierran mucho en torno a sitios concretos, también las hay que comentan de la propia esencia del destino, invitando a los visitantes a conocer por sí mismos el latir de algo nuevo.
Para hacer las maletas y acertar de pleno, además de intuición, hay también que saber de antemano qué tipo de visitas de las que aparecen en la guía de viaje se van a organizar. No es lo mismo ir de ferias que a los distintos parques naturales, ni ir de picoteo o planificar un paseo por el puerto.
Conocer previamente cuáles son los días de apertura y horarios de los principales atractivos turísticos y restaurantes a visitar ayuda mucho a planificar, junto con aplicaciones móviles, una jornada de la escapada en el que sacar partido a el tiempo. De ahí la ventaja de de acompañarnos por una guía que incluya toda la información relevante de la ciudad.
La información más importante está en las páginas de la guía. Los transportes, cómo trasladarse por el destino, qué esperar de una zona, qué visitar en sus calles, dónde visitar para encontrar los lugares más frecuentadas, los locales más underground, los graffitis que hablan de su cultura…todo lo interesante.
¿Cómo puedo organizar un día de estancia en un destino turístico? La ventaja de las guías de viajes es que, aparte de aportar de forma convencional datos sobre qué ver, está de igual manera la opción de planificar las visitas, lo que facilita el tiempo de desplazamientos entre sitios a visitar.
No todo vale, se trata de usar la guía de viajes como base, no a pies juntillas porque sería imposible realizar todo lo que plantea. ¿Qué tal centrarse en lo más interesante para el grupo y, desde ahí, profundizar aún más la información?
Quienes han escrito una guía de viajes han rastreado el destino a fondo, disfrutando y decepcionándose con los lugares que esconde, algo que de una forma u otra, son capaces de trasladarnos, aunque traten de ser neutrales, en la selección que proporcionan para proporcionar la misma experiencia al turista.
¿Qué tal dejarse llevar por lo publicado en una guía de viajes y hacer lo que ponga? Cuando hay exceso de ideas, la la consulta de una guía para viajar es la respuesta.
Cada guías para viajeros lleva un esquema diferente y responde a las necesidades concretas de un tipo de viajero. Los hay que eligen guías generalistas, otros más concretas y otros que ofrezcan todo lo que las guías de las otras editoriales no mencionan. Ya está en cada uno optar por unas u otras.
La mejor playa, el mejor despertar, dónde ver una puesta de sol de ensueño, dónde se grabó la escena de la película más famosa, quién vive en esa casa…todo y mucho más lo podrías encontrar en la guía del destino.
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